La corrección de estilo es una profesión extendida en diversos ámbitos del mundo laboral —editoriales, medios de comunicación, servicios públicos, instituciones profesionales y académicas, organismos internacionales— y particulares —autores de trabajos académicos, escritores que autopublican, entre otros—.

Todo texto, antes de ser publicado, requiere la mirada atenta y reflexiva del corrector, que será quien facilite la comunicación entre lo que quiso expresar el autor y lo que entiende el lector.

La corrección analiza la ortografía, la sintaxis y la estructura textual. Para asegurar una comprensión óptima del texto que será publicado, las adecuaciones que surgen durante el proceso de corrección se realizan en coordinación con el autor y atendiendo tanto el medio de publicación como el público objetivo.

La intervención del corrector va más allá de detectar errores ortotipográficos o normativos. El corrector se coloca en posición de lector y verifica que el texto tenga términos comprensibles, que el léxico sea el adecuado, que el discurso sea claro y que la información que se brinda sea la necesaria para que el público al que se dirige ese texto pueda comprenderlo.